martes, 30 de junio de 2009

Ya se nos ha jodido el salvapantallas! XD


La Naturaleza y sus curiosidades. Esta foto la tomé el otro día cuando nos dirigíamos, con la banda nueva "3D3", a nuestro concierto en el "Café Da Madeira", en la Vía Laietana de Barcelona. Es una de esas excentricidades que nuestra madre Naturaleza se marca de vez en cuando.
Si fuese pintor y pintara esto en un cuadro supuestamente realista, seguro que más de uno me acusaría de fantasioso, agente doble surrealista o, simplemente, de ser una persona con una técnica pésima a la hora de dibujar nubecillas en el cielo. Pero no. Esto es real, y si alguien quiere formular alguna queja, le quedan dos opciones:

-si es una persona religiosa, que marque el número de su Dios y le proteste a él.

-si, por el contrario, es una persona racional, que asuma esto como lo que es: una casualidad como cualquier otra. Y si acaso no le gusta ver perturbada su idea ancestral sobre las nubes, pues que sople todo lo que pueda hacia el cielo y a ver si hay suerte XD

En fin, que a veces el Sol desaparece del cielo de pura vergüenza, al no poder competir con estas presumidas voladoras, cuyo vestuario es la envidia de cualquier famosilla de turno.

domingo, 14 de junio de 2009

ME PARECE QUE HE VISTO UNA LINDA CUCARACHA :-)



Los músicos somos personas raras. Nos encerramos muchas horas en ambientes sórdidos, oscuros, escondidos y malsanos, también llamados "locales de ensayo". Y es que para hacer bien tu trabajo, antes tienes que ensayar muchas horas, y para ensayar, en la inmensa mayoría de los casos, tienes que hacer muuuuuucho ruido. La culpa de este "atentado" social, como siempre, es de los baterías, que al no tener un botoncito para controlar el volumen, "obligan" al resto de la banda a tocar a su nivel sonoro, que normalmente es brutal. Bien conocido es el discurso de muchos baterías cuando les pides que toquen un pelín más flojo:

- No se puede. Los parches se han de tocar con mala leche para que den la sonoridad adecuada. Yo no tengo un potenciómetro como vosotros para bajar el volumen.

Y con esta argumentación inquebrantable, acostumbra a poner fin a la discución. Para desgracia nuestra, les hemos cogido cariño a esos demonios con un palo en cada mano, y nos resistimos a sustituirlos por esas inertes e insulsas cajas de ritmos. Debido a esto, no nos queda más remedio que seguir recluidos y apartados del mundo.Cuando alguno de nuestros amigos nos viene a ver ensayar por primera vez, debemos hacerle un plano tipo "La Isla Del Tesoro", o aconsejarle que tenga el GPS actualizado y a mano.

Pero vayamos ya a nuestra protagonista de la foto: la cucaracha. No, no se trata de ninguna de nuestras amistades que haya venido a vernos ensayar, que son todos gente guapa y muy culta -se aceptan cervecillas por los piropos-, sino uno de los habitantes de esos sótanos húmedos que muchas veces utilizamos para nuestras "fechorías" decibélicas. Mis escasos conocimientos entomológicos no me permiten asegurar si estos nauseabundos inquilinos tienen o no orejas, pero supongo yo que sí. Y si es así y tienen un sistema auditivo bien desarrollado, tan sólo le veo dos explicaciones:
o les gusta nuestra música y por eso no abandonan el local... o tienen una paciencia infinita y tenemos la batalla perdida.

Músicos y cucarachas, vaya una unión tan indivisible! Quien sabe, quizás esa famosa canción mexicana de "La cucaracha" estaba inspirada en un encuentro parecido.

P.D. Locales a 50 grados centígrados de temperatura en verano, a menos 5 grados centígrados en invierno, con cucarachas, mosquitos, moscas, con una iluminación deficiente, con el aire enrarecido, lavabos prácticamente inexistentes, con instalaciones eléctricas que amenazan a desastre... y CAROS, MUY CAROS. Uno no puede pedir más. Para que luego vengan las cuatro "divas" musicales de nuestro "extraño" país a decirnos que su trabajo es muy duro. Si es queeeeee.... XD XD XD