sábado, 23 de julio de 2011

Si los bocazas volasen...

Los videojuegos son, junto con la música, los libros y las películas, una de mis grandes pasiones. Quizás la mayor de ellas. Ya desde pequeñito me robaron el corazón, al llegar un día a casa de mi tío y ver un par de píxeles gordos monocromáticos moviéndose por la pantalla del televisor, siguiendo las órdenes que les dictaba a través de un extraño mando. La Atari 2600 se había asomado a mi vida. Pero no fue hasta bastante más tarde que logré llegar al éxtasis, cuando mis padres me regalaron mi flamante ZxSpectrum de 48K. Innumerables horas de juego se sucedieron, afianzando una relación que a día de hoy continúa con la misma fuerza. Quizás por eso, por lo importantes que son para mí estas maravillosas creaciones, me jode tanto leer a gilipollas soltando mierda sobre tal o cuál juego sin ningún atisbo de pensamiento lógico detrás.

Todos sabemos que, entre juegos del montón y auténticas obras de arte imperecederas, hay juegos que dan asco por el poco cariño con el que han sido hechos, debido a presiones mercantiles o a que el equipo desarrollador no daba más de sí. Pero otras veces, juegos bastante bien construidos reciben palos desproporcionados por parte de sujetos que, o bien no saben diferenciar un videojuego de un melón... o se les cayeron de cabeza a sus padres cuando eran pequeñitos y quedaron un poco regulares.Hoy hablaré de algunos tipos de "jugadores" a los que más les valdría apuntarse a un curso de macramé, que meter sus sucias manos en un mando:

EL MARINE DESCEREBRADO: a estos figuras sólo les interesa apretar el gatillo. Les trae floja la historia, los personajes, el principio, el final o lo de enmedio.Odian las escenas entre fases, a no ser que duren menos de 15 segundos y sean para alabarles y decirles lo fantásticamente que han acribillado a sus enemigos. Les gustan las mejoras tecnológicas, porque así los juegos son más reales, y las vísceras y la sangre saltando a borbotones parece que les vayan a salpicar la cara. Si los diseñadores crearan un juego que fuera un bucle infinito, sin principio ni final, ellos seguramente ni se darían cuenta y continuarían con su festival gore por los siglos de los siglos.

EL EYACULADOR PRECOZ: este prenda presume de pasarse los juegos a toda velocidad. Si su colega lo ha terminado en 9 horas, él lo hará en 8. Ni que decir tiene que este bendito gilipollas no disfrutará ni un 30% del juego, tan sólo preocupado en avanzar cagando leches, sin fijarse ni en el paisaje, ni en los enemigos, ni por supuesto en la historia - saltará las escenas entre fase de manera compulsiva -... y al final tendrá los santos cojones de decir que el juego es corto. Sobra decir que este tipo de jugadores o tienen muy poca faena... o ninguna, pues pueden dedicarle ocho horas seguidas a un juego un día cualquiera entre semana y quedarse tan anchos.

EL GUIONISTA DESAPROVECHADO: aquí tenemos otro fenómeno de la naturaleza, un tío que, a pesar de trabajar de oficinista, mozo de almacén, cajero de supermercado o en cualquier otro trabajo normal y corriente, es un maravilloso portento de la literatura - aunque, extrañamente, nadie se ha percatado de ello - que se permite criticar TODOS los guiones de los juegos. Nunca encontrará nada bien: para él, todas las historias serán previsibles, inexistentes o tendrán fallos garrafales de guión. Seguramente nunca hará nada de provecho en su puta vida, pero nunca dejará escapar la oportunidad de criticar el trabajo de los demás, quizás para sacar fuera un poco de su propia frustración vital.

EL MELANCÓLICO CANSINO: éste es un caso de psiquiátrico. No cesará de repetir que los tiempos pasados siempre fueron mejores, y que los de antes sí que eran juegos divertidos y no los de ahora. A pesar de ello y de la existencia de los emuladores, siempre estará despotricando sobre cualquier juego actual - el cuál suponemos que antes de criticar, jugará - en vez de limitarse a pillar el MAME y jugar al PacMan hasta que le sangren los ojos. Incluso a veces se permitirá el lujo de criticar el guión, tal y como hace el "guionista desaprovechado", pensando, seguramente, que la de "Space Invaders" si que era una historia digna de un Óscar de Hollywood.

Para acabar y no alargarme más, otro caso no menos preocupante, que son los FANS de una marca en particular, capaces de decir auténticas barbaridades sobre un juego fantástico por el simple hecho de que ha salido en exclusividad para la consola de la competencia. Auténticos lameculos estúpidos que, sin cobrar un duro, defienden a capa y espada a grandes compañías como si fueran familiares próximos, sin tener en cuenta que, para un alto directivo de estas empresas, ellos tienen la misma importancia que una mosca.

Nada más por hoy. Quizás otro día vuelva sobre este tema, cuando decida darme otro garbeo por webs sobre videojuegos y me caliente lo suficiente para necesitar descargar todo mi odio de nuevo. Y es que hay elementos que sin deditos estarían más monos :-P

P.D. Nunca te vayas de vacaciones sin algún juego en la maleta :-P

miércoles, 20 de julio de 2011

Caminando... viviendo

La vida. Un "largo" camino lleno de aciertos, errores y giros inesperados. A veces nos parece corta, seguramente debido a que nuestro cerebro, siempre selectivo, evita que nos volvamos locos archivando la inmensa mayoría de nuestros recuerdos -sobretodo los malos- en lo más profundo de nuestro subconsciente.
Durante un cierto lapso de tiempo, fluye lenta y apaciblemente, como un serpenteante río esquivando pequeños "problemillas" mientras avanza confiado por la llanura. Al instante siguiente, aparece, de repente, una catarata que nos parece insalvable y que, con un poco de suerte, recordaremos, al cabo de los años, como una experiencia que nos hizo más fuertes para afrontar problemas futuros.
Lo que antes nos gustaba ahora nos da lo mismo, mientras otros gustos y aficiones continúan ocupando gran parte de nuestro tiempo libre, grabados a fuego en nuestra mente y resistiéndose a convertirse en "cosas de críos" destinadas a desaparecer. Tristezas, alegrías, temores, placeres... todo pasa y todo queda, archivado minuciosamente y más tarde escondido, en lo más hondo de nosotros.
A los 15 creemos que ya lo sabemos todo. A los 30 sabemos que ya lo sabemos todo. A los 60 estamos absolutamente seguros de que ya lo sabemos todo... y moriremos a los 90 con la certeza de que nos vamos con la bolsa medio llena, con mil historias, experiencias y conocimientos por aprender, que se quedarán en el tintero, esperando una más que poco probable reencarnación.
A veces incluso me gustaría volver atrás en el tiempo, hacer cosas que no hice, aprovechar más el tiempo, evitar dolorosas equivocaciones que derramaron tempestades de lágrimas... pero quizás no sería prudente: estoy bastante contento con el resultado, y siempre sería correr el riesgo de errar de manera diferente y con consecuencias mucho peores a las actuales.
Si lo pensamos fríamente, tomando como medida, por ejemplo, los veranos en plenitud de facultades que nos quedan, la longitud de nuestra vida se nos hace preocupantemente escasa. Pero no temáis, que las matemáticas no tienen en cuenta a la psicología. Lo que ahora nos parece absolutamente vital no tendrá la misma importancia para nosotros dentro de unos años. No añoraremos las fiestas locas, ni regresar a casa a las diez de la mañana del día siguiente.
Y además, recordad que el tiempo es relativo ¿O acaso os pasa a la misma velocidad una hora trabajando en la oficina o el almacén que en una playa tomando un daiquiri? Aunque esto puede tener otra lectura preocupante: si disfrutas la vida al máximo y te lo pasas siempre genial, se te hará muy corta; en cambio, si te la pasas pringando la mayor parte del tiempo, parecerá una condena perpetua. Estúpida dicotomía, si señor. Pero la verdad es que no importa: lo realmente importante es hacer aquello que nos llena siempre que podamos - sin perjudicar a nadie- y procurar no retrasarlo nunca en demasía en el tiempo. Dile a esa persona a la que amas que la quieres y demuéstraselo. No seas tan imbécil de llegar al momento de tu muerte -o de la suya- y darte cuenta de que te quedaron muchos "te quiero" por decir, muchos abrazos por dar y muchos besos por entregar. La vida puede ser muy corta o muy larga, pero de nosotros depende que sea una experiencia maravillosa.

P.D. Esto es lo poco que queda "casi" intacto de las cercanías de la casa de mi familia y, en definitiva, de mi infancia. Los recuerdos luchan por mantenerse intactos - incluso idealizados, en muchas ocasiones- ante la confrontación con la cambiante realidad. Un pasado que, aunque no desaparece, queda cada vez más sepultado entre toneladas de nueva información que nos arroja encima, palada tras palada, la estresante vida moderna.
Vivir para pagar y pagar para vivir. Triste consecuencia de la crisis actual que nos atenaza. Una crisis provocada por aquellos que, enfermos de avaricia y con "flamantes" vidas pintadas de dorado aunque de interiores grises, se empeñan en amasar cantidades indecentes de dinero que jamás podrán llegar a gastar ni, por supuesto, llevarse a la tumba. Una vida llena de lujos y placeres pero carente de lo más importante: el amor y la amistad sincera. Cosas que por suerte, no podéis comprar ;-)

miércoles, 15 de junio de 2011

Higiene mental

Muy triste ver la cobertura que los medios de comunicación tradicionales dan al movimiento del 15M. Con honrosas -y escasas- excepciones, cada día leo algún periódico, escucho alguna radio o veo algún noticiario en televisión intentado desmontar el movimiento, ya sea dando -ahora sí- cancha mediática a los cuatro que, desoyendo las decisiones de la mayoría de los acampados, aún continúan en la Plaça de Catalunya, para "demostrar" -según esos mismos medios-, la enorme división que existe dentro del movimiento y bla, bla, bla.

Pues claro que existe división dentro del movimiento, al igual que inadaptados que no siguen las normas, gente que se la trae floja… pero también gente sumamente implicada, personas que lo sienten como lo más importante que les ha sucedido en su vida y están dispuestas a todo para conseguir un futuro menos oscuro para los suyos.

El movimiento 15M no es nada más ni nada menos que un fiel reflejo de la sociedad: una sociedad que ya está harta de vividores, injusticias y que la tomen por tonta y tan sólo le adjudiquen un mínimo poder de decisión cada cuatro años. Eso sí, según las estrictas normas de un sistema pensado para el más absoluto inmovilismo y que nada cambie, no sea que se descontrole la cosa.

Triste, decía, escuchar a esos medios tradicionales echando paladas y paladas de tierra para enterrar de una vez la revuelta y mantener la realidad invariable, pues a ellos ya les conviene. Hasta hace cuatro días, ellos eran los guardianes de la "verdad", toda la información pasaba por sus filtros y nos la servían debidamente condimentada en pro de sus intereses. Sí, señores periodistas, de SUS intereses, o quizás debería decir de los intereses de quien firma sus nóminas.

Hoy escuchaba en una tertulia radiofónica hablar a los tertulianos sobre el movimiento 15M e internet, de cómo la gente se cree a pies juntillas las "mentiras" que nacen en la red más que a su flamante periódico, de cómo gente sin carrera de periodismo –ojo al dato!- se atreve a escribir para que otros lo lean, ya sea en blogs o en algún foro.

Claro. Olvidaba que cuando acabas la carrera de periodismo, te conviertes en un ángel poseedor de la verdad, una persona íntegra condenada a decir siempre la verdad y toda la verdad, sin manipular la información, sin decir verdades a medias -no lo olvidemos, que pueden ser la más grande de la mentidas-, con el valor suficiente para ponerte en contra de los intereses de la mano que te da de comer -llámale "Grup Godó", "Grupo Prisa", etc-, sin escuchar los dictámenes de ese partido político que tantos buenos momentos te ha regalado -ay, los regalos-.

Resumiendo la tertulia: internet, según ellos, debería ser un lugar regulado editorialmente -a poder ser, siguiendo la línea de SU editorial, claro- y que ya vale de extender rumores como que los políticos viven inmensamente mejor que la mayoría de los mortales. Al igual que opina el Gobierno o nuestra querida Sinde, internet es un sitio infernal donde reside el mal más absoluto.
Pues lo siento mucho, majetes, pero tenéis que poneros un poco las pilas y estudiar un poco más lo que representa internet: la red no es otra cosa que la mesa de un bar -o un banco del parque, o unas escaleras- donde de jovencitos nos sentábamos a hablar de nuestras cosas, ya sea fútbol, chicas, trabajos, deseos e inquietudes. Con la gran diferencia de que ahora hemos crecido y, además de lo dicho, también nos preocupan otras cosas, por ejemplo cómo llegar con un mísero sueldo a fin de mes, alimentar a nuestros hijos o si este año podremos tener cena de Navidad en casa o tendremos que hacer cola para que nos den un plato de sopa.

Pero claro, eso no puede ser. La gente no debería hablar de esas cosas. No debería conspirar contra el poder. Todo está organizado para que cada vez tengamos menos vida social con el resto de nuestros congéneres. Y con "vida social" no me refiero al hecho de salir de copas, ir a un concierto, etc, sino a charlar con los amigos, escuchar los problemas de otro, sentirlos como propios e intentar ayudarle. Han conseguido que las calles sean cada vez menos seguras, quizás para que nos quedemos todos en casa y cerremos bien la puerta. Desconfiad del vecino y encerraros a ver el fútbol o “Salsa Rosa”, no sea que os hagan daño. No sé vosotros, pero yo veo un porcentaje mucho más alto de carteristas por las calles que policías, exceptuando cuando tienen que desalojar a porrazos a manifestantes pacíficos, claro. Entonces salen de donde demonios estén escondidos y se unen a la fiesta en manada.

Llamadme raro, pero me gustaría ver a esos mismos “mossos” patrullando las calles –a pie- para hacerlas más seguras, y no gastando gasolina circulando por quién sabe dónde con sus vehículos y su aire acondicionado.

Y tranquilos si os preocupa que nos engañen los viles personajes que manejan la red de redes, que no somos estúpidos: navegamos por internet, leemos cosas, nos informamos, participamos en foros y tomamos nuestras propias decisiones. No actuamos a ciegas ni movidos por no sé qué intereses ocultos. Seguramente algunos sí, pues hay de todo en la villa del Señor, y los internautas somos tan heterogéneos como la propia sociedad de la que formamos parte. ¿Qué somos manipulables e influenciables? Hombre, seguro: vosotros ya lo sabéis bien ;-)

Y claro que en internet hay cosas malas: al igual que en la calle. Lo curioso es que la mayoría de estos tertulianos estaría totalmente en contra de un estado policial para evitar todo mal en nuestros barrios y, en cambio, no vacilan ni un segundo en abogar por la lapidación de la libertad en internet. Muerto el perro, muerta la rabia, supongo.

Y aceptamos “barco”: aún utilizando la cabeza, más de una vez me he tragado un bulo de internet. Y es una sensación parecida a cuando después de leer un determinado periódico, acepto una cosa como verdadera y, cuando leo el periódico de la competencia, me informa de que ha sucedido prácticamente lo contrario ¿A quién creer? Supongo que, como hace la mayoría de los mortales –ustedes incluidos-, al que sea más afín a mis propias ideas y convicciones. Somos humanos, qué le vamos a hacer.

Y pase lo que pase con el movimiento del 15M, lo más importante es lo que ya ha pasado: gente que estábamos encerrados en casa, anclados a nuestro sofá maldiciendo a las paredes, hemos salido a la calle a protestar contra aquello que no nos parece correcto, sin hacerle caso a aquellos que nos dicen que nada va a cambiar, que todo es inútil. Y sobre los que dicen que todo este movimiento debería convertirse en un nuevo partido político… pues yo no lo creo. Son los actuales –o futuros- partidos políticos los que deberían hacer su trabajo y escuchar a la sociedad, y no intentar minimizar un movimiento alegando que hay no sé cuántos millones de parados y sólo un pequeño porcentaje en las manifestaciones. A fin de cuentas, VUESTRA actual democracia se sustenta en un porcentaje cada vez más bajo de gente que continúa votando, o sea que no infravaloremos un movimiento por su “escasa” participación.

Nada más por ahora. Esto sólo es una vomitona de indignación de un ciudadano más, que cada cierto tiempo tiene que vaciar su cabeza para evitar que la frustración le perjudique seriamente las neuronas. No quiero ni tener razón, ni convencer a nadie, ni discutir.

Y darle las gracias a todo aquel que haya leído hasta aquí: a pesar de que siempre se dice que no escribimos para que nadie lo lea, es de agradecer que otras personas se interesen por tus opiniones. Y sí: me ha quedado un rato largo, lo reconozco XD
Añadir, para terminar, que asumo que todos los políticos no son corruptos, así como que muchos periodistas se desviven por su trabajo y creen fervientemente en la veracidad de lo que escriben. Espero que entiendan que las generalizaciones, en estos casos, son difícilmente evitables.

Del mismo modo, les pediría que asuman ustedes que esto es muchísimo más que una chiquillada de cuatro perro-flautas hijos de papa, aunque también los hay, claro.

Un respeto para todos aquellos que, después de su jornada de trabajo diaria –los que tienen la suerte de tener aún trabajo-, sacan fuerzas de flaqueza para ir a dar la cara en busca de un futuro mejor. Esto tan sólo ha empezado, y si nuestros políticos no ponen nada de su parte para que la cosa mejore, tened por seguro que no terminará por arte de magia, por mucho que muchos lo deseen ;-)

jueves, 21 de abril de 2011

Venga, Ramón, que te llevo a casa

Los perros son unos animales maravillosos. Aunque hay gente obtusa que se empecina en decir que los animales no tienen sentimientos -seguramente, porque ellos mismos son unos gilipollas asilvestrados-, todos los que les hemos dedicado una parte de nuestro tiempo a nuestro colega peludo sabemos que tienen una "personalidad" muy marcada y que, con sus gestos y expresiones, demuestran un amplio abanico de sentimientos.
Pues bien, en el caso del perro de mi familia, el tío resulta que se cree el puto amo -igual que algunas personas que conozco, por cierto. Y hoy por la mañana, una vez más, se ha escapado corriendo tan pronto como le han abierto la puerta del garaje y se ha plantado, después de un largo esprint de kilómetro y medio, delante de la cafetería de mi familia.
Una vez en la puerta, y al estilo del más machito portero de discoteca, se dedica a mirar de forma desafiante a los clientes, atacar a los perros que pasean por la calle, intentar sodomizar a otros, o plantarse delante de los coches como si formara parte de algún rocambolesco control de alcoholemia.
Hoy me ha tocado a mí ir a buscarlo y traerlo de vuelta donde tiene que estar: vigilando la casa. Pero al llegar al lugar, me he dado cuenta de que no había traído conmigo la correa, y tampoco he encontrado ningún trozo de cuerda ni nada parecido para atarlo. Tampoco me atraía mucho la idea de llevármelo en brazos, por un lado porque pesa lo suyo, y por el otro porque su higiene personal deja mucho que desear. Y la idea de llamarlo y decirle que me siga hasta casa estaría muy bien si esto fuera un peli de ciencia-ficción, pero no era el caso. Cuando veia la cosa un poco negra, de repente, he visto tirado por el almacén algo que me podía sacar del atolladero.
Que un viejo ratón domine a un joven y vigoroso -aunque algo canijo- perro puede sonar más a fábula infantil que a caso real, pero si hablamos de un ratón "cibernético" usado como correa, la cosa cambia. Y con esta extraña combinación entre el mundo animal y la tecnología, hemos emprendido la vuelta al hogar. Por el camino, eso sí, ha intentado "marcar" con la meadita cada árbol y farola con la que nos hemos cruzado. Es lo que tiene ser el puto amo, que no puedes permitir que el olor de tu orina se disipe XD

P.D. Sí, el ratón está sucio con avaricia, pero así estaba cuando lo he encontrado en lo más recóndito del almacén, y su efímera vuelta al mundo laboral no creo que le valiera para una ducha :-P

jueves, 14 de abril de 2011

Compaginar la vida entre Lleida y Barcelona tiene sus claros y sus sombras. Dispones de lo mejor de las dos ciudades, aunque para ello tienes que tragarte unos cuantos kilómetros de asfalto tengas hambre o no. Y es que mientras nuestros vividores -perdón, quería decir políticos- se empeñen en que los ciudadanos de a pie no tengamos una opción mínimamente económica para dejar el coche en casa y optar por el transporte público, nos tocará desgastar las cuatro ruedas por esa divertida autovía llena de baches -sin duda, puestos ahí por nuestros "cuidadores" para que no nos durmamos durante el trayecto.
Pero a lo que íbamos: por una parte, disfruto de la tranquilidad de les "terres de Ponent", con sus campos verdes y llenos de vida, de las antiguas amistades, con las que he compartido la práctica totalidad de mi existencia, de la familia -os quiero ;-)-...
En el otro extremo, Barcelona, ciudad cosmopolita, llena de mil cosas por disfrutar, de infinidad de oportunidades y donde puedes encontrar hasta lo que no estabas buscando. Y donde está la otra mitad de la familia, claro -también os quiero XD
Pero a veces, y sólo a veces, eso de levantarte a las 6:30h de la mañana en Barna, ir a buscar el coche aparcado lejos -jamás encontrarás sitio cerca de casa: asúmelo-, conducir durante hora tres cuartos esquivando necios,llegar a Lleida, ensayar durante todo el día con la orquesta, y estar de regreso en casita a las 23:30h -después de buscar aparcamiento durante un millón de años... y encontrarlo lejos, claro- resulta casi duro. Por suerte, sólo ocurre un día a la semana.
Si es que nos quejamos por nada :-P
Un abrazo y no corráis, que si os la pegáis vais a meternos en un atasco a los que venimos detrás. Por cierto, que sale una señal de 120. Qué recuerdos !!! XD

P.D. La foto es de Susana. Preciosa -tanto ella como la foto ;-) Ahora que viene el calorcillo, va bien ver un poco de nieve, para engañar al cerebro.

P.D.2. A ver si el invierno que viene tengo algo de tiempo para volver a coger el cubo y la pala y decorarte el paisaje, S ;-)

martes, 25 de enero de 2011

Vaya castañas !!!

ENHORABUENA,SEÑOR ZAPATERO !!!

Sí, le felicito efusivamente, porque si bien una vez creí que nadie sería capaz de caerme peor que Aznar, usted me ha demostrado que estaba muy equivocado. Ha trepado como un campeón al primer puesto de mi lista de "personas de las cuales no se puede esperar nada más que mentiras y disgustos".

Y es que tiene usted una jeta impresionante, soltando las barbaridades más increíbles sin ni siquiera pestañear. Ustedes los políticos cobran unos sueldazos de aupa en tiempos de crisis -dietas aparte, supongo- sin producir nada a cambio. Como si fueran los dueños y señores de una gran empresa, cuando por lo que tengo entendido están trabajando para nosotros. Bueno, perdón, sí que producen algo: un malestar y un inmenso asco en la gente, como hacía mucho tiempo que no sentíamos.

Sí, no, ya sé que usted no está donde está por ser una gran persona y desvivirse por el prójimo: los buenos se quedan por el camino y la vocación es algo de lo que la política anda muy, muy, muy escasa. De hecho, seguro que le importa dos cojones lo que nos pase al resto de nosotros: seguirá viviendo en la abundancia, se retirará -o más bien lo retirarán, al paso que va- cobrando una señora pensión vitalicia totalmente inmerecida, y encima, como el resto de vividores que le han precedido, seguramente acabará cobrando una fortuna de alguna empresa privada por trabajar de... ¿asesor? Pero no se engañe por eso, que no es porque usted lo valga, es porque el mundo está "mu tonto" y hay quien prefiere meter una cara conocida para dar ¿pedigrí? a una compañía, que a un desconocido con conocimientos adecuados, inteligencia y la dignidad intacta. Así nos va.

Y no le importe mucho mi opinión. De hecho, yo soy uno de los que se abstienen de votar, de los que no queremos entrar en su juego y dar validez a su expolio estatal legalizado. Y no me diga que podría votar en blanco, porque el significado de los votos en blanco se los pasan por el forro los tertulianos políticos de turno con rocambolescas interpretaciones, como si todo el que votara en blanco pensara lo mismo, como si fueran neuronas dispersas de una gran cabeza con un único pensamiento.

La verdad es que es muy triste, después de los miles de personas que dieron su vida para que este país fuera una democracia, que ustedes nos hayan quitado a muchos las ganas de ir a las urnas, puesto que tanto los de derechas como los de izquierdas estáis más preocupados por llenaros los bolsillos y discutir quién la tiene más grande, que por daros cuenta, de una puta vez, de a dónde nos llevará vuestra gula infinita de poder y dinero.

Lo dicho: muchas gracias por jodernos la vida cada día un poco más y conseguir que este país vaya marcha atrás como los cangrejos.

P.D. Que ¿qué tiene que ver la foto con el tema? Pues son unas castañas llanas y simples, aunque también podrían ser un político cualquiera y un par de sus asesores. Darían el mismo resultado. O mejor, que las castañas no tienen bolsillos.

domingo, 9 de enero de 2011

¿Dónde estará mi caaaarroooooo?

Pocas cosas hay más lamentables que salir de un concierto a las 6:30h de la mañana, cargado con un par de maletas, lloviendo a cántaros, en una ciudad que no conoces... Y SER INCAPAZ DE RECORDAR DÓNDE %&$#@&% HAS DEJADO EL COCHE !!! XD

Resulta que al llegar por la tarde estaban con todo el follón de los "pasacalles" y ese día la Policía Municipal -que la mayoría de veces es muy maja- tendría una mala tarde y no me permitió pasar para dejar los trastos, con lo que tuve que dejar el coche donde Cristo perdió las chanclas y llegar tarde y estresado a las pruebas de sonido.
Ya empezábamos mal, pero ahí no acabó la cosa. Por la noche, mientras estábamos tocando, empezó a llover como si no hubiera un mañana, cosa que en teoría no nos afectaba, porque tocábamos a cubierto -dentro de una sala. Pero cuál fue nuestra sorpresa cuando empezaron a caer gotas sobre el escenario. El apasionante mundo de las goteras. La cosa se fue complicando y a medio concierto, el pobre batería tenía que soportar un chaparrón que no hubiera sido peor si hubiéramos tocado en plena calle. A duras penas, acabamos el bolo -más que nada, porque el local estaba a reventar de gente muy maja y no era plan de hacerles un feo.
Terminada la actuación, recogida de trastos y al salir a la calle, lo hicimos por una puerta diferente a la que entramos, porque nos habían cerrado la otra. Entre esto y la lluvia que caía a chorros me desorienté cosa mala, con lo que tuve que dar unas cuantas vueltas calles arriba y abajo hasta que di -45 minutos más tarde- con una rotonda que me sonaba y, finalmente, con mi coche -hogar, dulce hogar XD

P.D. Definitivamente sí: un móvil con geolocalización es un instrumento muy útil ;-)