jueves, 14 de febrero de 2013

HOUSTON, TENEMOS UN PROBLEMA :-P

 Hoy vamos a tratar un tema bastante escatológico, que no es otro que el de los lavabos. En nuestra vida de rodar por mil y un escenarios, nos hemos encontrado con un montón de estos habitáculos: en algunos, los menos, se podía comer en ellos de lo limpios que estaban -aunque no es aconsejable, claro; en otros, te daban ganas de vomitar con tan solo cruzar la puerta -si es que había puerta, claro. Y eso cuando había lavabo, que a veces parece que sea todo un lujo disponer de un miserable lugar donde efectuar tus deposiciones -pedazo de eufemismo XDDD

Estuve en una orquesta con un lujoso camión escenario, miles de vatios de luz y sonido... pero que a la hora de mear nos teníamos que ir corriendo en busca de un árbol como un perro abandonado, porque lavabo, lo que es lavabo, no tenía. Y es que éste es un detalle que parece no importarle a nadie más que a nosotros, los músicos. Tendría que estar contemplado en el contrato que tuviéramos un lavabo a nuestra disposición durante las actuaciones. No creo yo que sea algo tan caro ni tan difícil. Hay pocas cosas más jodidas que darte cuenta, en medio de un bolo, que tu vejiga está a punto de reventar -o que tus intestinos se han rebelado contra las malas comidas y a deshoras que llevas últimamente y necesitan dejar clara su queja-, y descubrir que no tienes un lavabo al que acudir con tu "problema".

Entonces, empieza la aventura: aprovechas un tema en el que tú no cantes para huir cual conejo en busca de una madriguera; detrás del escenario estarán pasando contínuamente niños corriendo, por lo que no es plan; los lavabos de la sala, naturalmente, estarán a rebosar de gente, con unas colas descomunales -me refiero a "haciendo cola", no a otra cosa, ¿eh? XDDD; en los bares cercanos, la misma historia. Al final, te ves obligado a esconderte en cualquier lugar oscuro como un delincuente y darte prisa, porque de fondo escuchas que la canción se está acabando y la siguiente puede ser tuya. Un infierno, vamos.

Los lavabos siempre acostumbran a ser un territorio bastante "comanche": puertas rotas, tazas rotas, cadenas inoperantes, vómitos, un dedo de meados en el suelo, sustancias marronosas extendidas -con los dedos, ojo- por las paredes... A veces creo que la razón por la cuál en algunos lugares no nos ofrecen agua para beber -ya sabéis, uno de mis anteriores post- es, precisamente, para que no tengamos que sufrir la terrible experiencia de entrar en los lavabos :-P

En fin, que ya véis, si habéis ido siguiendo mis anteriores post, que el nuestro, aunque a simple vista pueda parecer un oficio glamouroso y la mar de cómodo, dista mucho de ser ese chollo que muchos creen, aunque yo, por mi parte, no lo cambiaría por nada del mundo. Bueno, sólo para cantar con los Iron Maiden XDDD


 P.D. Un consejo de colega: llevad siempre papel higiénico con vosotros, porque quizás encontréis un lavabo, pero que tuviera papel a vuestra disposición... eso ya sería un sueño, amig@s XDDD

viernes, 1 de febrero de 2013

UN POQUITO DE POR FAVOR


Vuelvo con el tema orquestil, tratando un problema que a todos nos afecta de vez en cuando -a veces, de forma preocupantemente continuada-, que no es otro que el de " la falta de respeto a los músicos ". Estás sobre el escenario tan ricamente, intentando no desafinar, que la gente se divierta y pasándolo bien con el resto de tus compañeros, cuando de repente, algo te golpea en la cabeza, y al mirar hacia el suelo buscando el proyectil en cuestión, descubres un mechero-moneda-tapón-etc que algún gilipollas con un exceso de cubatas o alguien con el cerebro seriamente inmaduro ha tenido a bien de tirarte. Esto es muy peligroso para ambas partes: para mí, si ese es mi día de especial mala suerte, puesto que me puede vaciar un ojo o romperme un diente y amargarme la vida de mala manera; para él, si me encuentra en un mal día, pues puedo tirarme del escenario y hacerle saltar todos los dientes antes de que se de cuenta de qué está pasando. No seamos imbéciles y disfrutemos de la fiesta en paz; si no te gusta un tema en cuestión, te vas a la barra a esperar el siguiente y todos tan contentos. Si no te gusta la actuación o no te gustamos nosotros, puedes irte a otro lado y dejar que las otras personas, que sí disfrutan con lo que hacemos, tengan la fiesta mayor que se merecen; y si eres tontico o simplemente hijo de puta por vocación, no pierdas la esperanza: hay muchas buenas escuelas que estarán encantadas de darte la educación que te falta.
Os contaré una pequeña anécdota: en mi etapa jevilonga, estábamos yo y mis colegas viendo la actuación de la banda que tocaba antes que nosotros, cuando un borrachuzo del público tiró una lata de cerveza prácticamente entera al escenario, la cuál pasó casi rozándole la cara al teclista ¿Os imagináis el daño que hubiera podido producir en la cara del pobre chico una lata tirada a mala leche? Aún no entiendo como nadie corrió a ostias al cabrón ese.
Como curiosidad de otras absurdidades de este tipo que se producen en el mundo musical, os diré que en los inicios del punk, se empezó una costumbre estúpida que consistía en escupir a los músicos; no está claro si fué alguna banda la que lo inició, o un público especialmente desafortunado en inventar modas, pero el hecho es que bandas como los " The Clash " o los " Sex Pistols " tuvieron que sufrir estas lluvias de esputos durante muchos de los conciertos, porque ha algunos de sus seguidores se les metió en la cabeza que para gustarte ese tipo de música y ser un punk oficial era condición "sine qua non" escupir a la banda. Por suerte, esa estupidez parece que ya forma parte del pasado. El género humano a veces te hace replantearte aquello de que somos una especie inteligente.
Volviendo al tema que nos ocupa: otra cosa que molesta especialmente -aunque muchas veces la persona en cuestión no se da cuenta de ello o lo hace de buena fe- es que alguien se ponga delante del escenario pidiéndote -más bien exigiéndote-, a grito pelado, tal o cual canción. Hemos tenido "figuras" berreando durante más de media hora delante de nuestras narices por un tema que igual ya habíamos tocado, o no nos parecía adecuado en ese momento, o lo teníamos pensado para tocarlo más tarde o, simplemente, que no llevábamos en el repertorio. Porque esa es otra: no somos "Spotify", amigos, y no sabemos todos los millones de canciones que existen el mundo musical, recordadlo ;-)
Las cosas se pueden pedir con educación y sin molestar al resto del público: puedes decírselo a alguno de mis compañeros, y ellos me lo dirán a mí en cuanto puedan; o puedes decírmelo cuando yo no esté cantando y gustosamente te atenderé. Lo que no haré jamás de los jamases es agacharme en medio de la canción que estoy interpretando para que tú me grites al oído que quieres el "PaquitoChocolatero". De eso, olvídate.
Los que nos dedicamos a esto de la música tenemos que tragar muchas cosas y encima poner nuestra mejor cara y conseguir que vosotros os divirtáis, sea cual sea nuestro estado de ánimo y nuestra situación personal; no es un trabajo fácil, o sea que haced un pequeño esfuerzo para no complicárnoslo aún más.
Os estaremos eternamente agradecidos ;-)

P.D. Entenderéis que no puedo llevar siempre puesto el "casco protector" que llevo en esta foto, ¿no? :-P