El otro día me pasó una cosa muy curiosa: me crucé por la calle con una persona que había conocido con mascarilla -durante esta etapa pandémica de nuestra vida que estamos "viviendo"-, a la cual jamás había visto sin esa prenda tan "querida" por todos nosotros.
En ese momento esa persona, debido a la relajación de las restricciones anti-covid, iba sin mascarilla. Pues bien: mi cerebro me comentó -hablamos mucho :-P- que le veía algo raro en la cara y que seguramente era porque se había operado, pues tenía el rostro diferente.
Y no era porque se refiriese a que no llevaba mascarilla, sino a que le había cambiado la cara, la cual, recordemos, yo no le había visto entera nunca. Después de pensarlo un poco y discutirlo entre los dos, llegamos a la conclusión -casi al mismo tiempo, curiosamente- de que, al igual que nos pasa con las voces de los locutores radiofónicos -aquellos en concreto que sólo conocemos por su voz, antes de ver ninguna foto, claro-, nuestros cerebros, en su afán por saberlo todo, rellenan los huecos que les faltan en la información con lo que les da la gana: que les falta una cara, pues basándose en cómo suena la voz le inventan una, la cual casi nunca coincide con la que realmente tiene esa persona, por cierto.
En fin, amig@s: un abrazote y sólo deciros que no os fieis al 100% del de arriba, que muchas veces no es tan listo como parece ;-)
P.D. Pero aun así... PENSAD, MALDITOS, PENSAD !!! :-)
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