domingo, 19 de marzo de 2017

JUVENTUD, DIVINO TESORO

Yendo en el metro de madrugada, me indigno al ver a chicos y chicas jóvenes con sus cubatas en la mano, borrachos como cubas, armando escándalo, molestando con sus gritos y risas estridentes al resto de pasajeros de vidas quizás menos excitantes.
Luego recuerdo que yo hacía lo mismo a su edad, con el añadido de que en mi pueblo no había metro ni nada parecido y que, para ir de marcha, nos desplazábamos con nuestros coches, todos bien bebidos, incluido, cómo no, el conductor del vehículo, poniéndonos en peligro tanto a nosotros mismos como al resto de usuarios de las carreteras. Y entonces se me pasa.
La juventud es época de excesos y locuras, una etapa peligrosa en la que nos lanzamos a perseguir nuestros sueños, desafiando al poder establecido, muchas veces haciendo el imbécil como unos auténticos profesionales. Y muchos se quedan por el camino, pero no por eso se debe condenar e intentar erradicar esa parte de nuestras vidas. Pues todo lo vivido, amig@s, nos ha hecho ser tal y como somos hoy, tanto nuestros aciertos... como los errores.
Nunca debemos olvidar de dónde venimos y el camino que hemos recorrido para llegar hasta aquí. Que nuestra experiencia nos ayude a dar buenos consejos a nuestr@s hij@s en vez de convertirnos en viejos hipócritas de piel excesivamente fina 😉

martes, 14 de marzo de 2017

BENDITO PROGRESO

Dentro de unos años, la nanotecnología nos traerá cosas maravillosas, sobretodo en el ámbito de la medicina, con diminutas máquinas que bucearán por nuestras arterias para administrarnos fármacos justo dónde y cuándo se necesiten, reparar tejidos en zonas de difícil acceso o eliminar posibles amenazas víricas o bacterianas. Pero no todo lo que nos deparará ese futuro próximo iba a ser deseable: tal y como pasa siempre, estos avances tecnológicos vendrán acompañados de algún que otro dolor de cabeza. El efecto colateral más grave quizás sea la pérdida total de nuestra privacidad. Y es que ya nunca más estarás seguro, al ir a mear, de si ese mosquito que revolotea en una esquina, es realmente un mosquito... o el ultimísimo "micro-dron" que se acaba de comprar tu vecino para comprobar si la tiene más grande que tú XDDD Sí, quizás os parezca un ejemplo gracioso, pero mucho me temo que es un caso altamente probable. Aunque tranquilos: seguro que podremos agenciarnos con algún tipo de dron centinela que velará por nuestra privacidad cual perro guardián cualquiera, encargándose de perseguir y destruir cualquier aparatito espía que entre en nuestro hogar. Como véis, parece ser que de aquí a unos pocos años no vamos a aburrirnos en casa. Bendito progreso... o no :-P

miércoles, 11 de enero de 2017

EN BUSCA DE LA FELICIDAD


El otro día, una fría y tranquila tarde de invierno, pasó por una calle de mi barrio un tipo trajeado conduciendo un BMW descapotable, con la capota abierta, la música a tope y moviendo la cabeza rítmicamente. Seguro que muchos lo miraron con admiración, envidia o simplemente servil condescendencia. Y es que los ricos tienen un poder que los hace parecer mejores que nosotros, aún sin ser verdad: "hacer que la gente quiera ser como ellos". Y somos nosotros mismos los que se lo otorgamos mediante esa envidia o admiración que no nos lleva a ninguna parte.

Una vez tienes tus necesidades básicas cubiertas - un techo bajo el que cobijarte, una cama donde dormir, comida para llenarte la tripa, algunos eurillos para caprichos, una salud más o menos buena, alguien que te quiera, etc -, todo lo demás no dejan de ser extras innecesarios que quizás sí sirvan para endulzarte la vida, pero que no te llevarán a conseguir nada que ya no hayas logrado por tus propios medios. Y es que uno puede ser rico y ser un completo amargado, infeliz, frustrado, etc, aunque manteniendo, eso sí, un aspecto inmejorable y una cara de pasarlo de puta madre de cara a la galería. Un ejemplo: el gran Elvis, por citar sólo a uno.

Como se ha dicho ya muchas otras veces, la felicidad la encontraremos en nuestro interior, y cada uno debe hallar su camino para llegar a ella. Y debemos asumir que nuestra felicidad quizás nunca sea del todo completa, o que no durará para siempre - al igual que las penas, por suerte -, pero es nuestro deber buscarla, cuidarla para que prospere y disfrutarla cuando la encontremos, sea durante unos fugaces 5 minutos o durante un día entero.



Seguro que muchos admiraron y envidiaron al tipo del BMW la otra tarde, pero no fue mi caso: yo sólo vi a un gilipollas molestando a los vecinos con la música a toda castaña y con la capota bajada en el día más frío de lo que llevábamos de invierno. Y me la suda que tuviera la mejor calefacción que se pudiera permitir en el coche, porque eso es algo totalmente accesorio: si hubiese llevado la capota bajada, hubiera estado calentito sin molestar a nadie. Que ¿por qué lo hizo?¿Acaso es un imbécil redomado? Seguramente sí, pero también sabe que su poder sobre nosotros es hacer notar a la plebe que tiene más pasta, pues con eso consigue que se le envidie y se le suponga más feliz. Y eso es lo que a él, seguramente, le da la felicidad.


P.D. Sed felices y no comáis perdices, que ellas no tienen ninguna culpa de que los cuentos, para acabar en alto, busquen la rima más fácil :-P