martes, 15 de enero de 2013

TENEMOS QUE HABLAR


A modo de divertimento, y si se me permite la analogía, el tema de la Independencia entre Cataluña y España viene a ser como la separación de una pareja que no se llevan bien. Pero en este caso, con algunas particularidades especiales. 


Por ejemplo, una ley injusta impide que uno de los dos cónyuges decida lo que quiere, pues sólo uno de ellos -pongamos que el marido- puede romper la pareja, y éste cree en aquello de "hasta que la muerte nos separe". La mujer tiene un buen trabajo que le permitiría vivir por su cuenta, aunque tuviera que pasarle una pequeña pensión al marido, el cuál, al parecer, no dispone de sustento suficiente para sus gastos, pero este último, por orgullo, no acepta de ninguna manera esa posibilidad, y le dice aquello tan manido de "si no eres mía no serás de nadie", amenazándola con una pistola. Aunque la mujer acude a las autoridades a denunciar los hechos, éstas hacen oídos sordos y miran hacia otro lado, pues el jefe de policía es uno de los amiguetes del marido y no quiere complicarse la vida, ya que su matrimonio tampoco pasa por sus mejores momentos.

Así, el marido obliga a la mujer a darle una buena parte de su sueldo, que él se gasta en sus vicios, mientras le grita cada vez que ésta, al quedarse sin dinero después de acarrear con todos los gastos de la casa, le pide que le devuelva algo de lo dado para comprarse unos zapatos nuevos, pues los que lleva ya tienen las suelas totalmente desgastadas.

En el tema de la educación, la mujer cree que estaría bien que sus hijos hablaran dos o tres lenguas, para no cerrarse ninguna puerta y poder acceder a cualquier oferta de empleo en un futuro, mientras que su marido considera que con el español se puede ir a todas partes y que no tienen ninguna necesidad de perder el tiempo estudiando dialectos muertos.

Últimamente, el marido anda loco de celos, pues sus amistades le han dicho que su mujer, a escondidas, hace tal o cuál cosa. A pesar de ser acusaciones falsas, él se las cree a pies juntillas, porque nunca se ha preocupado de hablar con su esposa para solucionar cualquier diferencia ocasional, ni de preguntarle por sus intereses o sus ilusiones. Además, él mismo también se encarga de despotricar sobre su esposa allá donde va, para que así nadie se ponga del lado de ella si algún día ésta se larga de casa y le abandona.

Así, si nadie le pone solución a esta sinrazón, la esposa vivirá una vida de penurias y desesperación, ante la imposibilidad de ver realizados sus sueños ni cumplidas sus aspiraciones, esclavizada por una ley injusta que no le permite ni tan siquiera pensar o hablar sobre el tema, bajo la amenaza de la violencia.

Todo el mundo debería de tener derecho a decidir su futuro y manifestarse de forma racional y pacífica. Lo demás, tan sólo es defender, de forma vehemente e irracional, una falsa democracia de apariencias.

P.D. Mis disculpas a los otros tipos de parejas posibles, por centrarme en la tradicional "hombre-mujer" ;-)

P.D.2. La imagen no es mía; la he sacado buscando en Google, y al parecer procede de "lavanguardia.com". Le he aplicado un filtro. Queda dicho ;-)

martes, 8 de enero de 2013

EL TIEMPO PASA... MUUUUUUUY LENTO

De nuestro concierto en HuescaHoy hablaré de las largas horas que nos pasamos los músicos de aquí para allá o, simplemente, deambulando por un mismo lugar a la espera del próximo pase. Mucha gente cree que todos los músicos somos algo así como Alejandro Sanz yendo de gira, que llegamos al lugar del concierto una hora antes, comemos algo, tocamos un par de horas y nos vamos a nuestras casitas en nuestro autocar de lujo, pero nada más lejos de la realidad. Nuestra jornada laboral empieza bastante antes, a veces muy pronto por la mañana -con nuestros horarios estrafalarios, "muy pronto" pueden ser tranquilamente las doce de la mañana ojo-, y puede acabar a las 10 de la mañana siguiente, si nos hemos ido muy lejos a actuar.

Después de levantarse, ducharse -opcional, pero muy recomendable- y preparar la ropa y la maleta, toca subirse al coche/furgoneta/autocar y pegarse unas horillas de camino hacia la población del bolo -benditos navegadores, por cierto. Llegados al sitio en cuestión, y suponiendo que los técnicos hayan tenido tiempo suficiente -y ningún problema de última hora, algo bastante común- para montar todo el equipo y que funcione a la perfección, empezaremos con las cansinas pruebas de sonido, las cuáles, dependiendo de la suerte que tengamos ese día y del local donde actuemos, pueden alargarse bastante y dejarte la moral bastante tocada, si no van todo lo bien que deberían.

Si ese día tenemos programado curro duro -digamos, concierto lírico a las 16h, un pase de tarde a las 20h más dos pases de noche a partir de las 0h-, nos pasaremos todo el día cambiándonos de ropa, actuando, corriendo a cambiarnos de nuevo, buscando algún lugar para comer algo... y otra vez al inicio del ciclo para continuar con los siguientes pases. De este modo, las horas pueden pasar bastante rápidas, según la percepción del tiempo subjetiva que tenga cada uno. Pero si ese día no hemos tenido suerte, quizás tengamos un concierto a las 16h y no tengamos que volver al escenario hasta los pases de noche a la 1h de la madrugada.
Y si aún hemos tenido más mala suerte, podemos estar en algún lugar perdido en la montaña, donde no tengamos ni siquiera un maldito bar para cobijarnos. Entonces es cuando cada cual tiene que buscarse la manera de pasar esas larguísimas horas de espera; hay quien duerme, quien lee, quien practica esa canción que no le acaba de convencer, quien desgasta las teclas del ordenador o quien pasea por la zona como un turista cualquiera. Hay mil formas de pasar el rato, pero ese rato está ahí y hay que pasarlo, no hay tu tía.

Por eso, entre las dos fotos del montaje de arriba, han podido pasar bastantes más horas de las que la gente cree, y no las cobramos como horas extras, de eso podéis estar bien seguros XDDD

P.D. Y lo peor: al terminar la jornada, ponerse a dormir a las ocho de la mañana, sabiendo que a las doce tienes que volver a subirte a la furgoneta; pasa muy pocas veces, por suerte, pero cuando pasa... :-P