domingo, 19 de marzo de 2017

JUVENTUD, DIVINO TESORO

Yendo en el metro de madrugada, me indigno al ver a chicos y chicas jóvenes con sus cubatas en la mano, borrachos como cubas, armando escándalo, molestando con sus gritos y risas estridentes al resto de pasajeros de vidas quizás menos excitantes.
Luego recuerdo que yo hacía lo mismo a su edad, con el añadido de que en mi pueblo no había metro ni nada parecido y que, para ir de marcha, nos desplazábamos con nuestros coches, todos bien bebidos, incluido, cómo no, el conductor del vehículo, poniéndonos en peligro tanto a nosotros mismos como al resto de usuarios de las carreteras. Y entonces se me pasa.
La juventud es época de excesos y locuras, una etapa peligrosa en la que nos lanzamos a perseguir nuestros sueños, desafiando al poder establecido, muchas veces haciendo el imbécil como unos auténticos profesionales. Y muchos se quedan por el camino, pero no por eso se debe condenar e intentar erradicar esa parte de nuestras vidas. Pues todo lo vivido, amig@s, nos ha hecho ser tal y como somos hoy, tanto nuestros aciertos... como los errores.
Nunca debemos olvidar de dónde venimos y el camino que hemos recorrido para llegar hasta aquí. Que nuestra experiencia nos ayude a dar buenos consejos a nuestr@s hij@s en vez de convertirnos en viejos hipócritas de piel excesivamente fina 😉

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Es muy cierto. Lo que hagamos en nuestra juventud será lo que decidirá quién seremos el resto de nuestras vidas. Claro que si no nos equivocamos a esta edad, no aprenderemos, y si no aprendemos... cometeremos errores peores en el futuro. Es por eso que de vez en cuando es bueno cometer una que otra travesura, porque esos serán los recuerdos que compartiremos con nuestros parientes. Algo así: "¿Recuerdas la vez que nos escapamos de la escuela y entramos a una casa abandonada? Creímos que estaba abandonada, pero el viejo que vivía ahí soltó a sus perros rabiosos y tuvimos que correr". Es mucho mejor un recuerdo así que uno parecido a este: "¿Recuerdas que siempre entrabamos a clase, hacíamos nuestra tarea, y eramos prácticamente ángeles?". Pero también es bueno mantener el control. Hay que tener un balance..

Saludos!

Ramon Ramos dijo...

Siempre hay que encontrar el punto medio, Anónimo, como en todo en esta vida. Pero una existencia totalmente controlada y sin una pizca de riesgo ni un punto de desvergüenza sería algo mortalmente aburrido ;-)